Soledad

Llegar a la conclusión de que en realidad siempre estamos solos es difícil, pero liberador. Puede parecer como un sentimiento fatalista o un sentimiento negativo, es más bien un sentimiento de desapego fantástico. Suena completamente demente lo que estoy diciendo, pero creo realmente que es lo más cuerdo que he llegado a decir.

Hace alrededor de un año, comencé a tener ataques de ansiedad incrementados por el hecho de vivir en un país que no considero hogar, sin personas a mi alrededor a quien considerar familia. Gracias a esto, comencé a meditar para aprender a dejar ir. Y eso me llevó a creer en que la soledad es la sensación más natural que podemos sentir como seres humanos. Cada uno de nosotros está conduciendo su propio vehículo en este camino llamado vida. Y cada uno de nosotros tiene el control del volante y del destino al que quiere llegar. Y el tomar el volante de otro o dejar que tomen tu volante va en contra de nuestra individualidad y de nuestra independencia.

Y como cada vehículo, éste tiene asientos para pasajeros. La única diferencia es que este vehículo tiene cuantos asientos quiera cada persona. Cada quien decide a quien deja entrar a su vehículo y cada quien decide las reglas de comportamiento dentro del mismo. Sin embargo, aunque tú le pidas a tus pasajeros no tirar bebidas dentro del vehículo, nunca vas a controlar sus decisiones como para asegurar que se van a comportar. Y no solamente eso, sino que tú nisiquiera puedes controlar si deciden salirse por la ventana para no volver. O si deciden salirse pacíficamente para volver años después y pedirte entrar de nuevo a tu vehículo. Y como cualquier vehículo, puede haber accidentes. Accidentes en donde tú tengas percances. O accidentes en los que tus pasajeros los tengan.

Asímismo, tú tienes decisión sobre qué platicar dentro del vehículo. Pero nunca tendrás autoridad sobre lo que los pasajeros aportaran a la plática. Tú decides qué nivel de autenticidad mostrarás. Pero nunca controlarás el nivel de autenticidad que otras personas mostrarán. Ni siquiera tienes el control absoluto sobre lo que escucharán en la radio. Igualmente, tendrás el control absoluto sobre qué confiarles a esos pasajeros, pero nunca tendrás el control absoluto sobre lo qué harán con ese conocimiento. Tienes control de accionar ciertos eventos, pero ellos tendrán control sobre la reacción a estos. Similarmente, ellos podrán tener control de accionar ciertos eventos, Pero no tendrán control sobre tus reacciones. Vaya, no tienes completo control ni en el rol que jugarán esas personas en tu vehículo.

No tendrás control sobre el cariño que te van a tener. Sobre el respeto que te van a tener. Sobre la honestidad que te van a tener. No vas a tener control sobre sus formas de enfrentar miedos y verdades incómodas. Y menos vas a tener control sobre la lealtad que te tendrán. Los valores que te rigen serán distintos a los suyos y lo mismo sucede con deseos, miedos y ambiciones.

Y al final, la única persona que conocerá a completo al conductor del vehículo serás tú. Nadie más va a saber que quieres, sientes, deseas o anhelas. Por la única y sencilla razón de que nadie vive en tus circunstancias.

Nadie vive en tus zapatos.

Y nadie es tú.


Y no estoy diciendo que no confíes en nadie. O que no ames. O que no te enamores. O que no arriesgues por una persona. Tampoco te estoy diciendo que nunca tendrás pasajeros leales. O que nunca tendrás amigos honestos o sinceros. Al contrario. Confía. Ama. Enamórate. Arriesga. Valora la lealtad y ama a las amistades honestas y sinceras. Pero entiende una cosa. Cada persona es un mundo. Cada mundo tiene sus propias raíces, miedos, deseos, emociones, ambiciones. Y cada persona tiene su propio vehículo qué decide a dónde llevar. Y al final, cada persona decide en qué vehículos ir y a qué pasajeros llevar en el suyo.

Estar solo no significa no tener a nadie. Estar solo significa entender que los accidentes pasan. Significa entender que las personas se van. Significa entender que nadie te debe nada, y no le debes nada a nadie. Significa dejar ir si alguien decide ir. Significa entender que no eres dueño de nadie ni de nada. Significa amar sin el apego obsesivo de querer que se quede en tu vehículo.

Entender que estamos solos significa entender que desde ahorita al final de tu vida, la única persona que estará siempre presente, siempre atenta y siempre a tu lado serás tú. Ni tu familia, ni tus amigos ni el amor de tu vida están obligados a quedarse en tu vehículo ni tú en el suyo. Y es perfecto.

Decide a quiénes quieres en tu vehículo, pero entiende que no es sólo tuya la decisión.

Decide en qué vehículos quieres entrar, pero entiende que no es sólo tuya la decisión.

Si alguien se queda, agradécele.

Si alguien se va, deséale lo mejor en su viaje.

Si alguien regresa y lo quieres en tu vehículo, invítalo con los brazos abiertos.

Si alguien quiere regresar y no lo quieres en tu vehículo, sé fuerte y recuerda que tú eliges quienes pueden entrar.

Si un accidente sucede, entiende que la culpa no es de nadie.

Si algo desafortunado sucede, entiende que la culpa no es de nadie.

Entiende que la única persona a la que le debes quedar bien es a ti.

Si por quedarle bien a alguien más sales quemado, entiende que la culpa no es de nadie.

Estamos solos. Y eso es perfecto.

"We just.. Have to appreciate the people who love us while they're still around." (You're the worst, 2014, s01e02)