Fracaso
Haber pasado dos meses de paz y tranquilidad en invierno me sirvió para darme cuenta de que no estaba aprovechando la vida como debería. Entonces, comencé a cambiar cosas en mi vida poco a poco. Y hoy aprendí que una de las cosas que debo cambiar es aceptar que el fracaso es algo que va a suceder, se quiera o no.
Esta pequeña historia comenzó ayer mientras corría en el gimnasio. Después de un mes de ir entre cuatro y seis veces a hacer ejercicio, caí en la cuenta de que desde un inicio podía haber dado más de mi. Y entonces, mientras corría, voltée a ver el espejo. Y solamente me convencí de que podía dar más. Cinco minutos más. Diez minutos más. Veinte minutos más. Y corrí más de lo que había corrido en este mes. Que tampoco es tanto, seamos honestos. Pero por primera vez la máquina en la que corro decía que había corrido 4.2 kilómetros en media hora. Para tener más de 7 años de no hacer ejercicio regularmente, esto fue algo sin precedentes. Estoy consciente de que no es una victoria enorme, pero es MI victoria. Porque al inicio no planeaba tener una rutina tan pesada de ejercicio. Y todo cambió cuando decidí verme al espejo y convencerme de que podía dar más de mi mismo.
Y pues, aunque sea cliché y cursi, aprendí que los pensamientos negativos y conformistas son mi peor enemigo. Adentro de mi sé que pude haber corrido eso desde hace dos o más semanas, pero me detenía. Decía que ya había sido suficiente. Y lo dejaba así.
Y pues... después de ese episodio reflexioné acerca de todo mi año pasado. Y la verdad es que es el año más conformista que he tenido. En el trabajo, en mi vida, en mis emociones. Y pues se reflejó en el estado de lo que con mi equipo construimos en el trabajo. Y acepté, por primera vez, que no di lo mejor de mi. Fracasé. Y no fracasé teniendo malos resultados. Fracasé en no intentar dar lo que tenía que dar aún sabiendo que tenía más por dar.
Y uno de los resultados de mi conformismo y mediocridad es que un producto en el que trabajé por un año entero va a dejar de existir en probablemente menos de tres meses. Así, sin más, un año de trabajo se va a ir a la basura todo porque no fui capaz de entender que el conformismo no me iba a llevar a ningún lado.
Y así es como entendí que es fracasar.